"Prepárate para que te besen" era el lema de las chisteras azules repartidas por Nivea en Times Square esta Nochevieja. La bola de 3.000 triángulos de cristal descendió como cada 31 de diciembre desde 1907
y, esta vez ante cerca de dos millones de personas en una noche a casi
diez grados, Lady Gaga también dio su beso. Envuelta en un traje de
Versace plateado brillante y con un antifaz de purpurina, la cantante de
25 años, que presume de neoyorquina, se agachó, cogió las manos del
alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, y besó al millonario de 69 años
vestido con un jersey beige decorado con la bandera americana.
Mientras sonaba el 'New York, New York' de Frank Sinatra, en el escenario, Bloomberg y Lady Gaga bailaron unos segundos con torpeza
antes de que el alcalde se fuera a besar a su novia de verdad. La
cantante anunció entusiasmada: "¡Ésta es mi ciudad y éste es mi sueño!".
El del alcalde también se ha hecho realidad, con un récord de
asistencia en una urbe que en 2011 recibió a 50 millones de visitantes.
Times Square cumplió una vez más con todo su rito dedicado, sobre
todo, a los turistas, la mayoría de los que aguantan la espera de diez
horas en la plaza para gritar la cuenta atrás bajo 16 millones de
cofetti multicolor impresos con buenos deseos, vislumbrar muy de lejos
la bolita y besarse primero con el tristón 'Auld Lang Syne' escocés y
después con el himno a Nueva York de Sinatra. La muchedumbre, en gran
parte de estadounidenses de fuera de la ciudad, cantó entregada el 'If I
can make it there, I'll make it anywhere'.
Adolescentes en minifalda corrían por el metro a última hora para
intentar colarse en la zona por alguna de las pocas salidas abiertas.
Pero sólo quienes hacían cola desde las dos de la tarde o acampaban el fin de semana tenían un lugar privilegiado para ver a Lady Gaga o a Justin Bieber,
la otra gran atracción de la noche. El joven se puso al piano para
tocar y cantar 'Let it be' acompañado por el veterano Carlos Santana a
la guitarra. También actuó Pitbull.
Pese a las estrellas juveniles, el show de Times Square, que
cualquier neoyorquino digno de tal nombre evita a conciencia, tiene un aire decadente.
Aún más este año en que Dick Clark, el presentador que ha retransmitido
la entrada del año los últimos 40, apenas podía hablar y moverse. El
showman, que acaba de cumplir 82 años, tuvo un ataque al corazón en 2004
y desde entonces sólo participa en algunos segmentos del programa de
Nochevieja de la ABC. "Esta noche es mejor que nunca", dijo Clark.
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